Instalar líneas de vida en cubiertas de chapa engatillada: cómo garantizar la seguridad sin perjudicar la impermeabilización

Las cubiertas de chapa engatillada se utilizan cada vez más en entornos residenciales, públicos, industriales y deportivos. Comunes sobre todo en zonas montañosas, nevosas o sujetas a precipitaciones intensas, ofrecen excelentes prestaciones en términos de estanqueidad y duración.

También suelen elegirse para edificios protegidos, como iglesias o palacios históricos, gracias a la posibilidad de personalizar su aspecto con diferentes acabados y colores. Precisamente, este tipo de cubierta se caracteriza por su engatillado, sistema mediante el cual dos chapas metálicas se unen entre sí doblando los dos bordes uno encima del otro en forma de gancho, con las nervaduras laterales sobrepuestas y engatilladas entre sí, lo que crea un sistema continuo y sin agujeros que ofrece una protección eficaz contra las infiltraciones.

Cubiertas de chapa engatillada: ¿por qué se utilizan tanto?

Este tipo de cubiertas ofrece un buen compromiso entre estética, ligereza y resistencia a los agentes atmosféricos.

El engatillado garantiza un acabado limpio, sin tornillos a la vista, y una elevada estanqueidad; además, se instala fácilmente y se adapta a las diferentes geometrías de las cubiertas. El sistema permite crear grandes superficies continuas de chapa, sin interrupciones, con lo cual se reducen los puntos por los que el agua podría infiltrarse.

Sin embargo, precisamente por sus características constructivas, las cubiertas de chapa engatillada presentan algunos problemas cuando se deben instalar sistemas de seguridad en ellas.

Los riesgos de las cubiertas de chapa engatillada

A pesar de que las cubiertas de chapa engatillada suelen ser de fácil acceso y presentan una superficie uniforme, se consideran uno de los escenarios más críticos desde el punto de vista de la seguridad en altura.

En primer lugar, la escasa adherencia de su superficie aumenta significativamente el riesgo de resbalar, sobre todo si llueve o hay humedad.

En segundo lugar, el uso en edificios sujetos a restricciones implica que se descarte la instalación de barandas o de otras protecciones que comporten un impacto visual y esto hace que sea aún más urgente recurrir a dispositivos anticaída específicos, cuidadosamente diseñados.

El principal problema a la hora de elegir estos dispositivos es la dificultad de instalarlos en la chapa engatillada: la presencia de engatillados longitudinales complica considerablemente la colocación de líneas de vida tradicionales y, por lo tanto, hay que buscar soluciones que sean totalmente compatibles con la geometría de la chapa y que no afecten de ningún modo la impermeabilización de la cubierta.

Instalar dispositivos anticaída en el engatillado

Proyectar sistemas de protección anticaída en una cubierta de chapa engatillada requiere encontrar un equilibrio entre seguridad y respeto de la integridad y la geometría de la cubierta.

Cada elemento debe instalarse de manera que no se perjudique la continuidad del engatillado y, por tanto, la estanquidad al agua. Además, los dispositivos anticaída deben estar certificados según las normas EN 795, CEN/TS 16415 y UNI 11578 (esta solo para Italia), que establecen los requisitos técnicos y los modos de instalación de los puntos de anclaje y de las líneas de vida.

Cómo evitar infiltraciones de agua

Instalar una línea de vida en una cubierta de chapa metálica sin dañar su impermeabilización es uno de los principales retos a afrontar tanto en la fase de diseño como en la de instalación.

Si se perfora la cubierta para insertar tornillos o anclajes, existe el riesgo de que se produzcan infiltraciones de agua, que pueden dañar tanto el paquete aislante como las habitaciones que estén debajo.

Por este motivo, las soluciones más eficaces son las que utilizan mordazas de apriete en el engatillado, ya que permiten evitar perforaciones. De esta manera, se conserva la continuidad de la chapa engatillada y se garantiza la estanquidad al agua.

Si buscas una línea de vida conforme con las normas EN 795, CEN/TS 16415 y UNI 11578 para el engatillado, el soporte es la clave.

Con independencia de qué línea de vida se elija, todas pueden garantizar seguridad y satisfacer las necesidades específicas de la cubierta siempre que los soportes sobre los que se montan sea compatible con la estructura subyacente.

En el caso del engatillado, no es suficiente elegir un dispositivo certificado según las normas EN 795, CEN/TS 16415 y UNI 11578: es necesario que el modo de anclaje de la línea de vida se diseñe específicamente para chapas engatilladas.

Los soportes deben adherirse perfectamente al perfil de la cubierta y transmitir correctamente las cargas sin deformar la chapa. Además, deben realizarse con materiales resistentes a la corrosión, que puedan soportar las solicitaciones mecánicas y ambientales durante todo el ciclo de vida del dispositivo anticaída.

Sistemas de protección anticaída Rothoblaas para la seguridad de las cubiertas de chapa

Para facilitar el trabajo de proyectistas e instaladores, Rothoblaas Solutions For Safety ha desarrollado una línea unos de sistemas de protección anticaída específicos para cubiertas de chapa engatillada, caracterizados por ser fáciles de instalar y garantizar la impermeabilidad de la cubierta.

SIANK, por ejemplo, es el punto de anclaje único ideal para cubiertas de chapa engatillada. Se instala con una mordaza en un solo engatillado, sin perforar la chapa, lo que garantiza la máxima resistencia y rapidez de montaje.

Para quienes deben proyectar una línea de vida horizontal en cubiertas de chapa, el sistema PATROL representa una solución modular, altamente flexible. Gracias a sus soportes especiales, puede instalarse rápidamente sobre metal, madera u hormigón y se adapta a cualquier necesidad, incluidas las más vinculantes de las cubiertas de chapa engatillada. PATROL es compatible con configuraciones pasantes y no pasantes y permite optimizar los tiempos de instalación respetando plenamente la norma EN 795.

Igualmente válido por su fiabilidad es el punto de anclaje AOS01, combinado con el soporte SEAMO para chapa engatillada redonda: esta combinación permite la fijación con cuatro mordazas en dos engatillados, sin perforar la chapa. Esa solución garantiza una óptima distribución de las cargas y una alta resistencia, incluso en condiciones ambientales complejas. El sistema anticaída formado por el punto de anclaje AOS01 y el soporte SEAMO resiste a las solicitaciones en el plano (360°) y se ha diseñado para instalarse en cubiertas planas e inclinadas.

Por último, para trabajar en altura con total seguridad, no se pueden descuidar nunca los equipos de protección individual, con los que los operarios pueden trabajar de forma segura, sujetos a las líneas de vida. El EPI formado por el arnés BIA y el casco PROTECTOR es una opción práctica y cómoda para este tipo de necesidad: el arnés ergonómico BIA y el casco de protección homologado EN 397 ofrecen una protección fiable y certificada para todas las fases de trabajo en la cubierta.

¿Cuánto cuesta garantizar la seguridad en cubiertas de chapa?

Obviamente, la respuesta a esta pregunta depende de la superficie que se deba asegurar y de las soluciones elegidas. En cualquier caso, siempre hay que recordar que la seguridad no es un coste, sino una inversión. Quien trabaja en cubiertas de chapa engatillada conoce bien los riesgos de este sector en el que los errores pueden costar vidas: todavía hoy, muchos de los accidentes mortales en el trabajo son debidos a caídas de altura.

El salto tecnológico está en diseñar sistemas que no comprometan la integridad de la cubierta. Rothoblaas ha aceptado este reto con un enfoque que combina la máxima protección con el respeto de las características técnicas de la cubierta.

A quienes diseñan, instalan o trabajan en altura, no ofrecemos solo productos, sino también asesoramiento técnico a medida para que encuentren el sistema más adecuado a cada proyecto y tipo de subestructura.

Contacta con nuestros asesores y garantiza ya la mejor seguridad en tu cubierta de chapa.